martes, 25 de noviembre de 2008

Un sábado muy emotivo...

Soy una persona a la que en diferentes ocasiones le ha interesado participar activamente en grupos de apoyo y conciencia social. Me gusta ayudar. Quizá en parte porque cuando no tuve hubo quien me ayudara, personas que no "tenian" que hacerlo y sin embargo me echaron la mano; tal vez sólo por que es parte de mi naturaleza.



Este sábado fue la primera sesión de Voluntariado del planeta joven, de la Cruz Roja, a la que asisití y pienso repetirlo.





Pues bien, desde que llegamos a esta ciudad, me interesé por "unirme" a la versión boqueña del grupo al que alguna vez pertenecí (al menos una breve temporada) pero las cosas no son tan "fáciles" por acá. Resulta que tienes que ser invitado por un miembro y dado que conozco a tantísimas personas por acá... jajaja no creo ser invitada en un buen rato. No me gusta esperar para hacer lo que quiero. No me gusta depender. Me gusta tener el control (en la medida de lo posible) de mis acciones y de sus consecuencias.


Asi que tomé manos a la obra. Continué mi búsqueda en otros clubes sociales siempre con el esquema de VOLUNTARIADO, aunque desafortunadamente muy pocos brindan ayuda desinteresadamente, de hecho muchos de esos clubes están compuestos por personas con poder y dinero, sí, gente <> -más no de bien- que usan ese medio para ¡deducir impuestos! (entre otras bajezas)


En fin, cuando menos me lo esperaba apareció esta institución altruista frente a mis ojos. Una asociación civil "nueva", sin organización, con objetivos claros: "ayudar a las personas enfermas con cáncer, VIH y sida, niños en situación de horfandad". Hablé en varias ocasiones con la líder, una señora mayor (que sin conocer en persona) me inspiró mucho respeto y admiración. Desafortunadamente, por el momento, "no hay actividades en las que sea requerida" :(


La Cruz Roja es una institución internacional de Socorro cuyos principios fundamentales son: humanidad (proteger la vida y la salud, favoreciendo la paz, la amistad y la cooperación), imparcialidad (sin discriminación de ningun tipo), neutralidad (no toma parte en hostilidades y controversias), independiencia (sobre la autonomía para actuar conforme a los principios del movimiento sin importar en que país esté), carácter voluntario (socorro voluntaio y desinteresado), unidad (sólo puede existir una en cada país que esté accesible para todos), universalidad (en cualquier parte se tienen los mismos derechos y el deber de ayudarse mutuamente).


Comparto este pensamiento y los ideales de la Cruz Roja.


Hace unos días, encontré la página de Planeta Juventud de la Cruz Roja Mexicana, en la que muestran los programas humanitarios en los que participan voluntarios. Llegué al lugar perfecto.


Lo que más me emocionó, fue ver que los voluntarios que están ahi, son jóvenes y niños. Los adultos brillan por su ausencia, al menos en los programas humanitarios, porque en general, son dirigidos al servicio de urgencias.


Hay niños pequeños haciendo con sus propias manitas lo que en unas semanas han de ser regalos navideños para niños enfermos de sida, mientras que los más grandecitos (menores de 18) organizan las próximas acciones para las actividades del mes.


Me sorprende como estos chiquillos enormes de corazón, saben muy bien que pertenecer a la cruz roja significa dar amor, actuar en equipo. Muchos otros chicos de su edad piensan en maldades.


Estaré escribiendo sobre las actividades y las cosas que aprendo de estás grandes personas.


Ah! y si tienen oportunidad, acérquense a las oficinas de la Cruz Roja más cercana, manos nunca sobran y siempre hay tiempo para las cosas importantes.


Saludos!